Según un alto funcionario de la AP, el grupo terrorista que controla la Franja de Gaza pretende reeditar la sangrienta Segunda Intifada con su elemento más característico, los atentados perpetrados por terroristas suicidas.
Las denuncias de la AP coinciden con llamamientos al martirio proferidos en tiempos recientes por llamamientos de líderes y medios de comunicación de la organización islamista.
Las partes enfrentadas han firmado un acuerdo de unidad nacional en Marruecos, bajo los auspicios de Naciones Unidas. El objetivo es generar un clima de estabilidad que permita contener al Estado Islámico, que está aprovechándose del caos en que vive el país norteafricano para afianzar sus posiciones en la zona.
El enviado de la ONU, Martin Kobler, ha calificado el acuerdo de histórico y elogiado los esfuerzos para lograr la reconciliación.
La operación antiterrorista se ha llevado a cabo en las ciudades de Cizre y Silopi, en la provincia de Sirnak.
Según los medios de comunicación turcos, unos 10.000 miembros de la Policía y el Ejército han sido desplegados en la zona, lo que convierte esta ofensiva en una de las mayores operaciones contra el ilegalizado Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK).
El ministro del Interior, Efkan Ala, ha informado de que se ha procedido a la incautación de 2.240 armas, diez toneladas de explosivos y varios cócteles molotov.
«A lo largo de los últimos dos años, el Estado Islámico en el Sinaí ha ayudado a Hamás a trasladar armas desde Irán y Libia a través de la península, quedándose con una parte generosa de cada envío», afirma Ehud Yaari, experto consultado por el canal de televisión israelí Channel 2.
Según otras fuentes especializadas, Hamás necesita al EI para romper el cerco egipcio a Gaza, mientras que los terroristas del califato necesitan la experiencia técnica de Hamás para construir misiles de corto alcance y otro armamento.