El próximo 27 de enero el Parlamento israelí enviará al infausto lugar la más numerosa delegación que haya conformado jamás, a fin de conmemorar el Día Internacional para el Recuerdo del Holocausto junto con un grupo de supervivientes de la Shoá y de denunciar el resurgir del antisemitismo en Europa, circunstancia «muy preocupante», en palabras del presidente de la Knéset, Yuli Edelstein, para quien dicha lacra ha alcanzado niveles nunca vistos «desde el fin del Holocausto».