El primer ministro de Israel, Naftalí Bennett, ha anunciado que no concurrirá a las próximas elecciones, que tendrán lugar en otoño, si bien seguirá en el Gobierno como primer ministro alternativo del actual canciller, Yair Lapid, que le sustituirá en el cargo en julio.
“Amo a este país por encima de todo y seguiré siendo su soldado fiel”, ha proclamado. Asimismo, ha defendido el desempeño de su efímero Ejecutivo, una vastísima coalición multicolor que hizo historia por incluir partidos árabes en su seno:
En un breve año hemos sido capaces de hacer más que otros Gobiernos en mucho más tiempo. Hemos demostrado que la gente puede trabajar junta incluso cuando media separación ideológica.
Tanto el primer ministro entrante, Yair Lapid, como el titular de Defensa, Benny Gantz, han tenido palabras de agradecimiento para Bennett, una figura en cambio muy controvertida en su propio campo ideológico, el de la derecha nacionalista, donde abundan los que le consideran un mentiroso e incluso un traidor por contribuir a la caída de Netanyahu y gobernar con el partido árabe Raam, ideológicamente islamita y antisionista.