Se trata del reportero del Washington Post Jason Rezaian, a quien la Justicia de la República Islámica ha encontrado culpable de espionaje y otros tres cargos no especificados.
Rezaian, de origen iraní, lleva ya 16 meses encarcelado en Irán. El Post proclama su inocencia y exige su inmediata liberación. «Su procesamiento y condena son una farsa», ha denunciado el jefe de Internacional del diario, Douglas Jehl.