Contextos

Irán en la guerra siria

Por Pablo Molina 

Guardia Revolucionaria Islámica de Irán
"Teherán insiste en que sólo ha enviado a Siria un número reducido de oficiales de su Ejército, que estaría haciendo únicamente labores de asesoramiento a las fuerzas de Bashar al Asad. La realidad es bien distinta"

Paul Bucala y Frederick W. Kagan son dos analistas de un grupo especial del American Enterprise Institute dedicado al estudio de las principales amenazas estratégicas contra la seguridad occidental. El último documento del mismo, firmado por ambos, analiza las actividades en Siria de la principal fuerza militar de Irán, la Guardia Revolucionaria (GR), creada en 1979 por el ayatolá Jomeini para defender la revolución islámica de sus enemigos efectivos o potenciales.

La investigación de Bucala y Kagan recoge las actividades de las distintas unidades de la GR, en especial de la temida Fuerza Quds, la unidad de élite encargada de dar apoyo a los aliados exteriores de Teherán. El régimen iraní insiste en que sólo ha enviado a Siria un número reducido de oficiales de su Ejército, que estaría haciendo únicamente labores de asesoramiento a las fuerzas de Bashar al Asad. Sin embargo,

las informaciones de bajas iraníes aparecidas en la prensa y las redes sociales iraníes cuentan otra historia. Análisis cuidadosos de las (…) bajas en la guerra de Siria demuestran que los oficiales de la GR están dirigiendo a soldados en combate y no simplemente asesorando. La comparación de los datos de las bajas y las fechas de las principales operaciones del régimen de Damasco en Siria permiten determinar también que la mayoría de esas unidades de la GR estaban combatiendo en las ofensivas más importantes alrededor de Alepo entre octubre de 2015 y febrero de 2016, aprovechando el inicio de las operaciones aéreas de Rusia.

El principal hallazgo de este estudio se ha producido al cotejar la proporción de oficiales iraníes caídos en combate con las bajas entre la tropa. La disparidad de las cifras respecto a lo que resulta normal en casos similares sugiere que los militares iraníes muertos en Siria no estaban comandando unidades de la GR. En su lugar, Bucala y Kagan sostienen que los oficiales enviados por Irán a territorio sirio estaban al frente de milicias armadas locales.

Suponemos, en consecuencia, que la Guardia Revolucionaria ha desarrollado la capacidad de enviar unidades de cuadros a Siria, implantarlas en los grupos milicianos y conducirlos con éxito en los combates más duros.

Los nuevos Basij

La Guardia Revolucionaria utilizó en la guerra contra Irak (1980-1988) fuerzas paramilitares creadas para tener suficientes contingentes armados de cara a repeler las embestidas de las tropas de Sadam Husein. Eran los Basij, que perviven en forma de batallones a disposición de la GR como carne de cañón en caso de emergencia nacional.

Las unidades Basij entraron en acción de forma destacada en el aplastamiento de las protestas cívicas que siguieron a las elecciones presidenciales de 2009, que desencadenaron numerosos levantamientos populares contra el fraude electoral perpetrado por el régimen de los ayatolás.

El estudio de Bucaka y Kagan pone de manifiesto que Teherán ha implantado el modelo Basij en sus operaciones en el exterior, lo que podría dar un giro completo a la estrategia militar iraní en Oriente Medio.

Irán podría usar este modelo de operaciones expedicionarias en otros escenarios, como Irak, el Yemen y el Líbano, donde ya hay grandes grupos de aliados y milicias amigas. Esta evolución en las técnicas de guerra iraníes, unida a la intención declarada de Teherán de adquirir modernos cazabombarderos a Rusia, indican que el régimen iraní puede estar buscando implantar una nueva capacidad militar convencional. Podría tratar de utilizar esa capacidad para desafiar a las fuerzas armadas de Estados de la región como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Israel en guerras venideras.