Se trata de un navío que se supone contiene ayuda humanitaria destinada a la población civil yemení, y que en estos momentos navega escoltado por buques de guerra de la Armada de la República Islámica.
EEUU considera una provocación el envío de este barco directamente a Yemen, cuando toda la ayuda humanitaria está siendo descargada en Yibuti bajo supervisión de la ONU.
El general de brigada iraní Masud Jazayeri ha advertido que cualquier ataque al buque provocará una guerra en la región: «EEUU y Arabia Saudí deben saber que la contención de Irán tiene un límite«.
El Ejército israelí ha detectado en el sur del Líbano varios depósitos de armas del grupo terrorista chií que considera peligrosos. Concretamente ha denunciado la existencia de arsenales, cinco baterías de lanzamiento de cohetes, tres túneles subterráneos, tres sistemas antitanques y un puesto de mando en medio de Muhaibib, una aldea de apenas 90 casas, por lo que Israel sospecha que el grupo terrorista chií se prepara para un ataque.
Lo afirma el general Shlomo Turgeman, comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Turgeman se ha reunido con las autoridades de las localidades situadas cerca de la frontera con Gaza, donde repasó los daños de la llamada guerra de los 50 días. El comandante señaló que los residentes en Gaza no están interesados en derrocar a sus gobernantes: «La mayoría de los ciudadanos en la Franja ven a Hamás como la única solución a sus problemas».
La coalición liderada por Arabia Saudí puso como límite las 23.00 horas de ayer martes para hacer una pausa que permita el envío de ayuda humanitaria. La condición era que los huzis también pararan y el portavoz del Ejército yemení, Kaleb Luqman, dijo que los rebeldes estaban de acuerdo con la propuesta.
El Comité Internacional de la Cruz Roja asegura que en esta pausa realizará un control de daños: «Estamos trabajando para evaluar las necesidades de suministros médicos, agua y alimentos en las zonas afectadas, especialmente en Adén, Sada, Amran, Taiz, Marib, Al Dhalae, Lahj y Abyan», dijo el portavoz Adnán Hizam.
En concreto, se han identificado restos de gas sarín –un agente nervioso– y de ricino, toxina prohibida por las leyes internacionales. Los hallazgos se producen mientras el Gobierno sirio está siendo acusado por las fuerzas opositoras de seguir utilizando armas químicas, dos años después de que Bashar al Asad se comprometiera a su eliminación.
El fiscal del referido organismo ha anunciado la posibilidad de abrir una investigación sobre los crímenes de guerra cometidos por el grupo terrorista islamista en territorio libio. El TPI aclara que el primer paso es que los propios Estados persigan a los acusados de estos crímenes; sin embargo, el caos existente en Libia llevó a la ONU a reclamar al alto tribunal de La Haya la apertura de oficio de esta investigación ya en 2011.