La organización por derechos humanos Iran Human Rights (IHRNGO) denuncia que la República Islámica de Irán ha ejecutado en 2022 a más de 500 personas, “la cifra más alta de los últimos cinco años”, puntualiza la ONG. Por su parte, la Foundation for Defense of Democracies (FDD) advierte que dicha cifra no incluye a las más de 450 personas ultimadas por el régimen de Teherán desde el pasado septiembre, es decir, desde las multitudinarias protestas contra la teocracia registradas desde la muerte de la joven Mahsa Amini, asesinada en dependencias oficiales tras ser detenida por llevar mal puesto el velo.
Tal y como recopila la FDD, entre los actos merecedores de la pena capital en Irán se cuentan el adulterio, la sodomía, la apostasía, la drogadicción y el moharebeh,“librar la guerra contra Dios”, “un cargo ambiguo que el régimen utiliza principalmente para castigar a quien percibe como detractores de su ideología islamista”.