En el Jerusalem Post, Emily Schrader hace un repaso de las oleadas de terrorismo antisemita que ha generado en el último siglo el nacionalismo palestino recurriendo a la difusión de bulos sobre una pretendida amenaza judía contra la Mezquita de Al Aqsa, situada en el Monte del Templo (Haram al Sharif para los árabes), el lugar más sagrado para el judaísmo. Oleadas que han tenido como funestas consecuencias pogromos como el que acabó con la ancestral comunidad judía de Hebrón o la pavorosa Segunda Intifada o Intifada de Al Aqsa (2000-2006), en la que murieron 1.118 israelíes y 8.103 resultaron heridos.
“Cabría pensar que, tras casi cien años de ver a la Historia repetirse, los medios habrían captado [la idea], pero las últimas semanas demuestran que no”, denuncia Schrader, que insta a la prensa a dejar de comprar la criminosa propaganda de la dirigencia palestina.
Los medios deben dar un paso al frente y cumplir con su misión. La verdad ha de ser contada; de lo contrario, la violencia proseguirá. No se debe permitir a los extremistas palestinos dictar la narrativa de Al Aqsa como llevan haciendo desde hace casi cien años. Basta ya.
En el Instituto para los Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv, Eden Kaduri y Jony Essa han publicado una valoración de la situación en que se encuentra Siria cuando ya han pasado once años del estallido de la guerra civil que lo ha devastado.
Kaduri y Essa constatan que e.
El régimen de Basar al Asad sólo controla el 60% del territorio y la mitad de la población. El resto está en manos de los kurdos (la Rojava), los turcos (norte) y los rebeldes (Idlib). Nadie está en condiciones de alterar sustancialmente el statu quo, por lo que Kaduri y Essa estiman que la zombificación del país va para largo.
Asad tratará de limitar la presencia y visibilidad militar de Irán (…) para evitar pagar el precio de los ataques israelíes. Así las cosas, Israel debe seguir trabajando para bloquear la consolidación [de la presencia iraní] en Siria y la amenaza militar que representa (…) lo que pasa por la continuación de los ataques aéreos, manteniendo los mecanismos de coordinación con Rusia, y por redoblar los esfuerzos por lograr una influencia más relevante y duradera. En este marco, Siria debería ser visto como un país dividido, e Israel debería afanarse en forjar lazos especiales con potenciales aliados locales, en particular con los kurdos del noreste y con los drusos del sur.
La Administración Biden insiste una y otra vez en que la superación del conflicto palestino-israelí pasa por la denominada solución de los dos Estados, es decir, por la instauración de un Estado palestino en la Margen Occidental/Cisjordania/Judea y Samaria. Pero los palestinos no quieren eso, advierte el periodista árabe-israelí Jaled Abu Toameh; y en Israel también abundan los detractores de esa fórmula. Entre ellos se cuenta Moshé Dann, pues a su juicio se trata de una iniciativa que “empodera a quienes están dedicados a la destrucción de Israel”.
“La S2S [Solución 2 Estados] pretende instaurar un Estado palestino en Judea, Samaria y el este de Jerusalén (…) controlado por dictadores corruptos que respaldan el terrorismo y tienen un solo objetivo, que figura de manera explícita en los estatutos de la Organización para la Liberación de Palestina y en la carta fundacional de Hamás: la destrucción de Israel”, afirma Dann, para quien la insistencia en la S2S “fomenta el terrorismo y amenaza la seguridad y la estabilidad regionales”, “no hace nada por los palestinos que quisieran tener unas mejores relaciones y trabajar con los israelíes” y socava desarrollos positivos como los Acuerdos de Abraham, que tienen el gran objetivo de normalizar las relaciones de Israel con el mundo árabe.
Dan considera un sinsentido apostar por la creación de un Estado palestino mientras los palestinos sigan apostándolo todo al terrorismo y propone una S2S… entre Israel y Jordania.
La mayor parte de Jordania está deshabitada, y el país cuenta con vastos territorios y recursos que pueden ser desarrollados. La mayoría de los jordanos se consideran palestinos. […] Una genuina S2S basada en la alternativa jordana podría asimismo resolver el problema de los más de cinco millones de descendientes de los refugiados árabes [de la Guerra de Independencia de Israel] que viven en las aldeas y localidades sirias y libanesas que cuentan con la asistencia de la UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos].