El célebre terrorista libanés, una de las bestias negras del imaginario nacional israelí, ha muerto en un bombardeo registrado en el sur de Damasco.
La organización terrorista en la que militaba actualmente, Hezbolá, ha acusado del ataque a Israel, que no ha asumido responsabilidad alguna al respecto. Sí lo ha hecho el Ejército Libre Sirio, una de las más potentes fuerzas enemigas del dictador Bashar al Asad, que tiene en Hezbolá uno de sus principales aliados.