La revista Tablet publica una entrevista con Abdul Halim Jadam, ex vicepresidente de Siria con Bashar al Asad, actualmente exiliado en París. Jadam valora la posibilidad de que exista una colaboración de Damasco con el Estado Islámico, que podría estar ya operando de manera efectiva en suelo europeo.
“No tengo información específica sobre esto”, responde Jadam. “Pero es cierto que Asad, en el inicio del conflicto en 2011, dijo que el mundo sufriría si Siria sufría. Y en octubre de 2011 el Muftir Hasun, la autoridad religiosa más cercana al poder en Damasco, hizo una declaración anunciando que ‘todos los hijos e hijas de Siria están dispuestos a convertirse en mártires en Europa y el suelo palestino. Yo le digo a todo el mundo en Europa y en EEUU: prepararemos mártires que ya están entre vosotros’. La interpretación habitual de esa y otras declaraciones del régimen sirio es que son un farol. Jadam, claramente, cree otra cosa.
Jadam cree que el régimen de Asad y el EI son socios de alguna manera. “Es un hecho que el EI no combate al Gobierno de Damasco y que éste tampoco bombardea al EI”, explica antes de sumergirse en las complejidades de los acuerdos secretos entre servicios de Seguridad y terroristas, que determinan en gran medida el destino de Oriente Medio. “Aunque es suní, el EI tiene sus raíces en Irán -en un grupo de ex oficiales de la Guardia Presidencial de Irak que fueron a entrenarse a Irán y que Teherán aceptó porque pensó que podría utilizarlos en el futuro- y sus cálculos se demostraron correctos”, continúa Jadam. “El EI trabajó con Irán y el régimen sirio para expulsar a los americanos de Irak. La idea era compartir a continuación el territorio entre suníes y chiíes, un acuerdo que los iraníes rechazaron una vez que EEU abandonó el país”. El EI en Siria, explica, es una organización distinta del EI en Irak e incluye más combatientes de Chechenia y Europa.
La amenaza de terrorismo nuclear es muy real
El Estado Islámico ha conseguido armamento químico y lo ha utilizado en Siria. Sus intentos de sabotear una central nuclear en Bélgica ponen de relieve la amenaza de que pueda contar en el futuro con material radiactivo para sus atentados.
¿Cuál debería ser la contribución de Israel a esos esfuerzos internacionales? Israel forma parte de la iniciativa de seguridad nuclear del presidente Obama desde el inicio y ha participado activamente en todas las cumbres relevantes con delegaciones de alto nivel. Israel atribuye gran importancia a este asunto, especialmente en vista del incremento de los programas nucleares en todo Oriente Medio. En la cumbre más reciente, Israel hizo saber que está preparado para el escenario de un ataque radiológico; más aún, también está preparado para ayudar a otros estados en la región a prevenir el contrabando de materiales radiactivos en sus territorios. De hecho este es un asunto que debería ser tratado a nivel regional, si se iniciara en la región un diálogo sobre seguridad.
El escritor Armin Rosen trata en este artículo este gesto de El Cairo con Riad, en agradecimiento por su rescate financiero en los peores momentos de la crisis económica. Se trata de dos islas de gran importancia geoestratégica, también para Israel.
Hay algunas explicaciones poco tranquilizadores sobre por qué el abandono de Egipto de esas dos islas es tan inocuo desde la perspectiva israelí: la amenaza iraní ha unido a Arabia Saudí e Israel por razones que no tienen nada que ver con su aceptación mutua o coexistencia. Pero la decepción por el control saudí de la entrada del Golfo de Aqaba prueba que los líderes del mundo árabe no pueden seguir preocupados por el estado de guerra permanente contra el Estado judío, que es ahora una preocupación secundaria o incluso no es una preocupación. Como ha informado Associated Press, Arabia Saudí acatará los términos del tratado entre Egipto e Israel tras tomar el control de las islas, lo que significa que mantendrá la navegación israelí por el Mar Rojo a pesar de la ausencia de un reconocimiento formal.
Aunque Israel no esté técnicamente en paz con la mayoría del mundo árabe, hay al menos un status quo respetado por los estados, junto con intereses mutuos e incluso motivos ocasionales para la cooperación. En un Oriente Medio caótico, esto que no es noticia podría ser un gran motivo para el optimismo.