Contextos

¿Es el CAIR un grupo terrorista?

Por Daniel Pipes 

CAIR
"Los gobernantes saudíes, emiratíes, kuwatíes y bahreníes ven ahora como enemigos a políticos como el egipcio Mohamed Morsi, así como a Hamás y a su progenie, incluido el CAIR""Por primera vez un Gobierno islamista ha puesto de manifiesto la naturaleza maligna y terrorista del CAIR, un estigma del que éste jamás podrá librarse"

Quienes seguimos al movimiento islamista nos quedamos de piedra el pasado 15 de noviembre, cuando se hizo público que el Gabinete ministerial de Emiratos Árabes Unidos había incluido al Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR, por sus siglas en inglés) en la lista de 83 organizaciones terroristas proscritas, junto a los talibanes, Al Qaeda y el Estado Islámico.

Fue una sorpresa, porque las propias autoridades de Abu Dhabi tienen antecedentes como promotoras del islamismo; además, el CAIR ha recaudado fondos con anterioridad en ese país del Golfo, y la embajada de los Emiratos en Washington había alabado en el pasado al Consejo.

Sin embargo, si se reflexiona sobre ello, tiene sentido esa inclusión en la lista, porque, en los últimos años, el movimiento islamista ha experimentado una profunda división. Los suníes atacan a los chiíes; quienes defienden la violencia luchan contra quienes operan dentro del sistema; los modernizadores se enfrentan a quienes pretenden volver al siglo VII, y los monárquicos se oponen a los republicanos.

Esa última división es la que aquí nos incumbe. Tras décadas de estrecha colaboración con los Hermanos Musulmanes y las instituciones a ellos vinculadas, las monarquías del Golfo Pérsico (con la única y llamativa excepción de Qatar) han llegado a considerar al entramado de organizaciones de la Hermandad como una amenaza a su supervivencia. Los gobernantes saudíes, emiratíes, kuwatíes y bahreníes ven ahora como enemigos a políticos como el egipcio Mohamed Morsi, así como a Hamás y a su progenie, incluido el CAIR.

Si bien los monarcas del Golfo no se han vuelto menos islamistas, han llegado a apreciar claramente el daño que pueden ocasionar los grupos vinculados a los Hermanos Musulmanes.

Una vez explicado por qué Emiratos ha incluido al CAIR en su lista de organizaciones terroristas, debemos plantear una segunda cuestión: ¿está justificada esa inclusión? Un organismo con sede en Washington, vinculado a la Casa Blanca de Obama, al Congreso, a destacados medios de comunicación y prestigiosas universidades, ¿realmente puede ser un instigador del terrorismo?

Sí, es justo describir así al CAIR. Es cierto que no hace estallar bombas, pero, como explica el ministro de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos:

Nuestro umbral [de tolerancia] es muy bajo (…) No podemos aceptar la incitación ni la financiación.

En efecto, el CAIR incita, financia, y hace mucho en relación al terrorismo:

El CAIR es una organización tapadera que apoya el terrorismo y está financiada en parte por terroristas.

El CAIR (…) es apoyado por personas, grupos y países que defienden el terrorismo.

Se ha demostrado que el CAIR está vinculado a terroristas islámicos y fue fundado por ellos.

El CAIR apoya de forma activa a terroristas y a grupos y naciones que apoyan el terrorismo.

Al enterarse de su inclusión en la lista elaborada por Emiratos Árabes Unidos, el CAIR declaró que ello resultaba “escandaloso y grotesco”, y, acto seguido, trató de que el Departamento de Estado protestara y lograra que se revertiera esa decisión. Muy dispuesto, Jeff Rathke, portavoz del Departamento, señaló que el Gobierno estadounidense, el cual “no considera que esas organizaciones sean terroristas”, ha solicitado más información sobre la decisión adoptada por los Emiratos. El ministro de Asuntos Exteriores emiratí ha respondido que si dichos organismos pueden demostrar que su “postura ha cambiado”, son susceptibles de presentar una reclamación “para que se eliminen sus nombres de la lista”.

La presión por parte de la Administración Obama podría revertir la inclusión en la lista. Aún así, ello no deshará el daño causado, que perdurará. Por primera vez un Gobierno islamista ha puesto de manifiesto la naturaleza maligna y terrorista del CAIR, un estigma del que éste jamás podrá librarse.

Daniel Pipes-Middle East Forum