En plena escalada de violencia árabe en Jerusalén, Recep Tayyip Erdogan calificó este fin de semana a Israel de Estado “cruel” y “terrorista” y urgió al “mundo entero”, pero “especialmente a los países islámicos”, a emprender “acciones efectivas” contra los “ataques israelíes contra la mezquita de Al Aqsa, Jerusalén y los hogares palestinos”.
Mientras, y según informa Seth Franzmann en el Jerusalem Post, los medios sometidos a la férula del caudillo islamista que detenta el poder en Turquía llaman a “liberar Al Aqsa” de la manera en que Erdogan liberó la antigua basílica de Santa Sofía el año pasado, cuando la reislamizó para volver a convertirla en mezquita. Como Al Aqsa jamás ha dejado de ser un templo musulmán, deben de estar llamando a su sometimiento a un régimen como el que padecen los turcos bajo el yugo de Erdogan.