Las fuerzas kurdas se han unido a la lucha contra los yihadistas del EIIL para frenar su avance hacia la capital. EEUU ha recibido peticiones de auxilio, pero aún no ha decidido intervenir, si bien Barak Obama ha declarado: «No descarto nada».
Mosul y Tikrit siguen en manos del EIIL y se calcula que ya son 500.000 los refugiados que han huido de estas ciudades y sus alrededores.
Se trata de Sadiya y Jalaula, poblaciones de la provincia de Diyala, que en la pasada noche cayeron bajo el control de los terroristas islamistas según fuentes oficiales del Gobierno iraquí. Junto a estas dos localidades, los yihadistas se han hecho también con diversas aldeas alrededor de las montañas Himrin, que han sido durante mucho tiempo un bastión de los terroristas.
Lo aseguró ayer el viceministro de Exteriores de la República Islámica, Abás Araqchi, quien añadió que si las conversaciones sobre el programa nuclear acabaran sin éxito «sería un desastre para todos».
Araqchi ya había insinuado la posibilidad de ampliar en seis meses el plazo para negociar, que expira el próximo día 20 de julio, y reiteró que Bagdad volverá a enriquecer uranio al 20% como respuesta a un presumible fracaso de las conversaciones entre Teherán y los seis poderes mundiales.
Musa Abu Marzuk, que hasta ahora residía en Egipto, ha señalado que, si bien aún hay problemas en la gestión del Gobierno de unidad con Al Fatah, no hay crisis alguna. Su instalación en la Franja obedece precisamente al nuevo clima que se vive en la política palestina.
La negativa de Israel a autorizar su viaje a Cisjordania para participar en la ceremonia oficial obligó ayer a los cuatro ministros radicados en la Franja a formalizar desde la distancia su integración en el Gobierno de unidad.
El nuevo Ejecutivo palestino tiene 17 carteras, cinco de las cuales están en manos de miembros de la organización terrorista Hamás, que sigue controlando Gaza.