“El extremismo, que ha generado el terrorismo, nos obliga a aunar esfuerzos para combatirlo y derrotarlo porque nada tiene que ver con el islam”, declaró el rey Abdalá el pasado domingo, durante su tradicional encuentro con los líderes de las delegaciones que hacen la peregrinación anual a La Meca (Haj).
Arabia Saudí es uno de los países que están participando en la lucha contra el Estado Islámico que está teniendo lugar en Siria e Irak.
El presidente de la República Islámica ha pedido a los centros de educación superior del país que admitan más alumnos y profesores extranjeros, desdeñando de esta manera los temores del sector más cerrado del régimen, que teme que medidas así inciten a la infiltración de espías en dichas instituciones.
En su discurso de apertura del año académico, Ruhaní insistió en la necesidad de crear una universidad que imparta las clases en inglés.
La legislación actual señala que Israel no puede detener más de un año a aquellos inmigrantes ilegales –la mayoría procedentes de África– que no hayan sido sometidos a juicio. Además, un fallo judicial emitido el 22 de septiembre exige el cierre del centro de detención de Holot en un plazo máximo de 90 días. En este centro, situado en el desierto del Neguev, hay más de 2.000 personas.
En total, se calcula que hay unos 48.000 africanos que viven de forma ilegal en Israel, la mayoría procedentes de Eritrea y de Sudán.
Naser ben Hamad al Jalifa está acusado de participar en la tortura de varios prisioneros durante el golpe de 2011 que intentó derrocar al sultán. El príncipe reside en el Reino Unido, y la Corte Suprema londinense ha dictado que no se le garantice la inmunidad diplomática luego de la demanda interpuesta por un asilado del emirato identificado como FF, por lo que podría ser objeto de arresto.