En una acción que ha preocupado a muchos egipcios antiislamistas, el Gobierno ha autorizado que los salafistas vuelvan a predicar en las mezquitas y en televisión.
Los salafistas son musulmanes que afirman seguir tan literalmente como sea posible las enseñanzas y costumbres del profeta del islam y de sus compañeros.
Poco después de la revolución egipcia, en junio de 2013, en la que se derrocó (y posteriormente encarceló) a los Hermanos Musulmanes, a grupos supremacistas islámicos –entre los que predominaban los salafistas– se les prohibió predicar.
El motivo es que eran los principales responsables de incitar a los musulmanes más fanáticos del país a que atacaran objetivos del Gobierno, iglesias cristianas coptas, etc.
Como consecuencia de ello, se restringió severamente su acceso a las mezquitas y a los medios.
Según Nabil Zaki, exportavoz del Partido de la Asamblea de Egipto, esta nueva acción permite el retorno de los salafistas, sobre todo los del partido Nour:
Es un grave retroceso que le dificultará mucho más al Gobierno combatir las ideas reaccionarias, y eso después de que el pueblo egipcio hubiera dado grandes pasos contra semejantes ideas (…) Permitir que los jeques salafistas vuelvan a los púlpitos revive las amargas experiencias de la lucha contra esta ideología, y nos devuelve a la casilla de salida.
Zaki, entre otros, ha avisado también de que esta decisión coincide con las elecciones legislativas, lo que implica que los clérigos salafistas volverán a valerse de sus influencias y de su retórica religiosa para desviar a los votantes hacia un programa mucho más “reaccionario”, es decir, islámico.