Contextos

El grave peligro de las presas iraquíes

Por Daniel Pipes 

Presa de Mosul.
"La presa de Mosul, la mayor del país, podría causar la devastación debido a una combinación de factores: construcción defectuosa, indiferencia gubernamental y una continuada insurrección civil"

Ha sido evidente, al menos desde la invasión de Irak en 2003, encabezada por Estados Unidos, que la presa de Mosul, la mayor del país, podría causar la devastación debido a una combinación de factores: construcción defectuosa, indiferencia gubernamental y una continuada insurrección civil. En el caso de que colapsara, provocaría la mayor pérdida de vidas por causas humanas de la historia (para más información sobre este problema, ver mi aportación aquí y aquí).

Las conquistas, en 2014, por parte del que se conocía como Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) y que ahora es, simplemente, el Estado Islámico, ha demostrado de forma dramática que otras presas iraquíes también podrían causar problemas, si bien no a una escala tan catastrófica.

En primer lugar, cuando el EIIL tomó Faluya en enero de este año, también se hizo con el control del embalse (presa) de Faluya, en el río Éufrates, y procedió a manipularlo para sus fines. Hamza Mustafá, de Asharq Al Awsat, citó al líder de una milicia progubernamental pocos meses más tarde, -después de que las fuerzas del Gobierno de Bagdad lograran recuperar la presa-, el cual explicó las tácticas del EIIL:

[El Estado Islámico de Irak y el Levante] se dio cuenta, después de cerrar las compuertas de la presa -lo que provocó una subida del nivel del agua embalsada-, de que, si seguían cerradas, estarían doblemente asediados: por una parte por las fuerzas armadas, y por otra por la subida de las aguas; y de que, si tenían que retirarse, se ahogarían; esto, a su vez, les obligó a reabrir las compuertas.

El líder de la milicia también explicó los motivos tras estas maniobras:

El EIIL tiene dos objetivos: por una parte, quiere anegar las zonas que rodean Faluya, pero el repentino ataque del ejército [gubernamental] dio al traste con ese plan; por otra, quieren cortar el suministro de agua para las gobernaciones [provincias] del centro y sur, para dar una dimensión sectaria a su guerra.

En segundo lugar, el EIIL se dirigió al embalse de Haditha, el segundo mayor del país, a finales de junio, con lo que se planteaba también aquí la posibilidad de unas inundaciones catastróficas. El New York Times informó:

Los militantes del EIIL que avanzaban sobre la presa del Éufrates, a unas 120 millas al norte de Bagdad, procedían del norte, nordeste y noroeste. Los combatientes ya habían alcanzado Burwana, en el lado oriental de Haditha, y las fuerzas gubernamentales luchaban para detener su avance, según declararon representantes oficiales de la seguridad (…) “Esto provocará la inundación de la ciudad y de varios pueblos, y también los dañará a ustedes”, afirma el empleado que les dijo a los oficiales. Según este empleado, que solicitó no ser nombrado por no estar autorizado a hablar con medios informativos, el oficial respondió: “Sí, lo sé, irá en nuestra contra y en la de nuestros enemigos”.

Comentarios:

(1) Mesopotamia, una de las regiones más antiguas de la civilización, ha estado siempre definida por sus dos grandes ríos, el Éufrates y el Tigris; qué irónico resulta que estas fuentes de vida puedan ser también, potencialmente, el instrumento de la devastación del país.

(2) Los combatientes en la cada vez más intensa guerra civil iraquí deben ser obligados por sus patronos (Turquía y Qatar, sobre todo en el caso de los yihadistas del Estado Islámico; Irán, en el del Gobierno de Bagdad) a ponerse de acuerdo en algunas cuestiones básicas de combate, como no servirse de las obras hidráulicas como armas de guerra. Aquí las potencias extranjeras (Occidente, Rusia, China) pueden servir de ayuda.

Daniel Pipes-Middle East Forum