Contextos

El coste moral de apaciguar a Irán

Por Mohshin Habib 

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"Las autoridades de los países anfitriones estaban muy entusiasmadas por recibir al presidente iraní, como si no estuviesen al tanto de las múltiples vulneraciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) cometidas por Irán, que lo suscribió en 1968. También parecen ignorar su expansión en Siria, el Líbano y el Yemen, así como su constante papel en el patrocinio del terrorismo global""Muchos italianos expresaron su indignación por la decisión de censurar las estatuas. Acusaron al Gobierno de traicionar la historia y la cultura italianas en aras de intereses económicos""Las violaciones de los derechos humanos en Irán bajo el gobierno de Ruhaní han ido en aumento. Un informe de 659 páginas publicado por Human Rights Watch concluye que las autoridades iraníes han reprimido la libertad de expresión y de discrepancia"

Nada más firmar el acuerdo nuclear iraní consigo mismos –Irán todavía no lo ha firmado y, aunque lo hubiese hecho, el acuerdo no sería jurídicamente vinculante–, los miembros del grupo P5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) se han mostrado ansiosos por consolidar unas mejores relaciones con su socio imaginario.

El mes pasado, tras el levantamiento de las sanciones internacionales, el presidente de Irán, Hasán Ruhaní, partió en un viaje de cinco días a Italia y Francia.

Las autoridades de los países anfitriones estaban muy entusiasmadas por recibir al presidente iraní, como si no estuviesen al tanto de las múltiples vulneraciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) cometidas por Irán, que lo suscribió en 1968. También parecen ignorar su expansión en Siria, el Líbano y el Yemen, así como su constante papel en el patrocinio del terrorismo global.

Aunque tanto los líderes de Francia e Italia parecieron ansiosos por apaciguar al presidente de Irán, en París miles de manifestantes se reunieron en las calles para protestar por la visita de Ruhaní, y escenificaron ejecuciones simuladas para recalcar las terribles violaciones de los derechos humanos cometidas por Irán. En 2014, por ejemplo, fueron ejecutadas al menos nueve personas acusadas de moharebeh (“enemistad con Dios”).

Aun hoy, decenas de niños delincuentes continúan en el corredor de la muerte en Irán. Según la ley iraní, las niñas que hayan cumplido 9 años y los niños que hayan cumplido los 15 pueden ser sentenciados a pena de muerte. Un informe reciente de Amnistía Internacional señalaba a Irán como uno de los principales infractores del mundo en ejecución de menores. Pese a que el país ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño –que abole la aplicación de la pena de muerte contra delincuentes menores de 18 años–, la ONU calcula que al menos 160 menores siguen en el corredor de la muerte en la República Islámica.

La delegación iraní, según The New York Times, había pedido a las autoridades italianas que ocultasen todas las estatuas dispuestas en el gran pasillo que lleva a los Museos Capitolinos, donde se iba a celebrar una rueda de prensa con el primer ministro Matteo Renzi y el presidente iraní, para evitar que se sintiese “incómodo” Ruhaní, quien se presenta a sí mismo como un reformista moderado. De modo que en la primera parada de la visita europea del mandatario se cubrieron las estatuas con cajas blancas. Además, “el atril se colocó a un lado y no delante de una estatua ecuestre del emperador Marco Aurelio, supuestamente para evitar que aparecieran imágenes de los genitales del caballo en las fotografías de prensa”.

Como todo tipo de imagen es haram (prohibida) en el islam, cualquier clase de estatua se considera idolatría.

Muchos italianos expresaron su indignación por la decisión de censurar las estatuas. Acusaron al Gobierno de traicionar la historia y la cultura italianas en aras de intereses económicos. Una organización iraní que defiende los derechos de la mujer, My Stealthy Freedom, condenó la decisión del Gobierno. En una publicación de su página de Facebook, la asociación escribió:

Políticas italianas: ustedes no son estatuas, alcen su voz. Roma cubre las estatuas de desnudos por respeto al presidente de Irán en Italia, y la República Islámica de Irán cubre a las políticas italianas en Irán. Querida Italia: al parecer, ustedes respetan los valores de la República Islámica, pero el problema es que la República Islámica de Irán no respeta nuestros valores ni nuestra libertad de elección. En Irán, obligan incluso a las mujeres no musulmanas a cubrirse (…)

En Francia, los manifestantes exigieron que el presidente François Hollande cuestionara al presidente iraní por los abusos de su país contra los derechos humanos. Sin embargo, los líderes franceses no hicieron ninguna pregunta de ese tipo. En su lugar, Ruhaní fue recibido como una superestrella.

Se firmaron grandes acuerdos comerciales. El fabricante francés de automóviles Peugeot y el principal fabricante de automóviles iraní, Khodro, firmaron un acuerdo por valor de 400 millones de euros. El gigante energético de Francia Total firmó un memorando de acuerdo para comprar crudo a Irán. Se ha reportado que Total empezará a importar 160.000 barriles de crudo diarios a partir del 16 de febrero. Doce días después de que Occidente levantara las sanciones económicas, Airbus anunció que Iran Air había accedido a comprar 118 aviones nuevos. Se calcula que el valor de la operación es de 25.000 millones de dólares.

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, celebró los acuerdos comerciales de su país con Irán. “Francia está disponible para Irán”, dijo.

Durante una reciente visita a Teherán, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, pidió al presidente iraní que tuviera en cuenta a Alemania como futura parada en su próximo viaje a Europa.

Entretanto, según un informe del Departamento de Estado de EEUU, Irán se ha comprometido a seguir ayudando a las milicias chiíes en Irak. Muchas de estas milicias se han introducido en Siria y están luchando de parte del régimen de Asad. El Gobierno de Ruhaní también sigue apoyando a su peón libanés Hezbolá, y a los palestinos radicales en Gaza.

Durante muchos años, el presidente iraní ha mantenido estrechos lazos con los líderes de Hezbolá, entre ellos Abás Musavi (ex-líder de Hezbolá asesinado en 1992) y Hasán Nasrala. En marzo de 2014, Ruhaní se comprometió públicamente a ayudar a Hezbolá.

El ministro de Defensa de Ruhaní, el general de brigada Hosein Degan, fue miembro de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI). Dirigió las fuerzas de los CGRI en Líbano y Siria durante los años fundacionales de Hezbolá, entre 1982 y 1984.

El pasado septiembre Degan dijo que Teherán seguiría suministrando armas a Hezbolá, a Hamás y a cualquier grupo que forme parte de la resistencia contra EEUU e Israel. Explicó que Irán considera a Norteamérica el Gran Satán.

“Hezbolá”, dijo Degan, “no necesita que les proporcionemos cohetes y armas. Israel y EEUU tienen que saberlo. Hoy, Hamás, la Yihad Islámica y Hezbolá tienen la capacidad de producir sus propios recursos y armas por sí mismos. No obstante, no nos abstendremos de darles apoyo”.

Al igual que el de Degan, casi todos los nombramientos de Ruhaní son antiguos miembros de los CGRI o de otras instituciones revolucionarias, como los ministros de Justicia e Inteligencia iraníes.

Las violaciones de los derechos humanos en Irán bajo el gobierno de Ruhaní han ido en aumento. Un informe de 659 páginas publicado por Human Rights Watch concluye que las autoridades iraníes han reprimido la libertad de expresión y de discrepancia. “Aumentando considerablemente la cifra de años anteriores, Irán también ejecutó a más de 830 presos.”

Usuarios de redes sociales, artistas y periodistas se enfrentan a duras sentencias acusados de dudosas amenazas contra la seguridad. En mayo de 2014, cuatro hombres jóvenes y tres mujeres que no llevaban velo fueron detenidos tras aparecer en un vídeo bailando la popular canción Happy, que se hizo viral en YouTube. Fueron sentenciados con penas de hasta un año de prisión y 91 latigazos por varios cargos, entre ellos el de mantener “relaciones ilícitas”.

En noviembre, el Tribunal Superior iraní ratificó una sentencia de muerte contra Soheil Arabi por publicar en Facebook “insultos al profeta” y por “corrupción sobre la Tierra”.

© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio