En la conmemoración del 18º aniversario del asesinato del que fuera primer ministro de Israel, el jefe del Estado judío afirmó que su asesino, Yigal Amir, nunca será indultado ni perdonado.
«Siento como si lo hubieran matado ayer», confesó al recordar a su compañero de mil batallas políticas, con el que compartió el Premio Nobel de la Paz –junto con Yaser Arafat– por su papel en la conformación de los Acuerdos de Oslo. «Lo echo de menos y lo hemos tenido que echar de menos todos los días desde aquel día».
La placa que se ve en la imagen forma parte del memorial dedicado a Rabin en la Municipalidad de Tel Aviv y reproduce el momento del magnicidio. Significativamente, están identificados por su nombre todos los personajes salvo el criminal, al que sólo se señala con la palabra asesino, escrita en inglés, hebreo y árabe.