Lo confirmó ayer la ONU, a través de una carta de su secretario general dirigida al Consejo de Seguridad del Organismo, en la que asegura que las tareas deberán seguir realizándose después del 30 de junio, fecha pactada para finalizar todo el proceso. Ban Ki Moon quiere que el régimen de Asad siga cooperando en la destrucción de su arsenal prohibido y anima a todas las partes a colaborar para esclarecer los últimos ataques con gas cloruro que se habrían producido en las últimas semanas.
El presidente norteamericano lo aseguró ayer en una conferencia en la Academia Militar de West Point. Obama dijo a los cadetes que evitar la intervención militar en Siria fue la decisión correcta, pero “eso no significa que no debamos ayudar al pueblo sirio que se levanta contra un dictador que bombardea y mata de hambre a su propio pueblo”.
A pesar de que la intención de la Casa Blanca es colaborar con las facciones moderadas del bando rebelde, los funcionarios estadounidenses aclararon que antes de llevar a cabo esa colaboración, con equipos o entrenamiento, será necesario obtener la autorización del Congreso.
Se trata de Richard Black, integrante del senado del estado de Virginia, que ayer confirmó la autoría de la misiva en la que felicitó al dictador sirio por su desempeño en la guerra que asuela el país. Black agradece en su escrito al “Ejército Árabe Sirio por su heroico rescate de cristianos en la región de Qalamun” y anima al Gobierno a seguir luchando contra las fuerzas “dominadas por nuestro archienemigo Al Qaeda”. Bashar al Asad hizo pública la carta el pasado domingo en su cuenta oficial de Facebook.
Se trata del primer tramo de la ayuda comprometida por los países europeos para consolidar las instituciones del futuro Estado palestino y ayudar a los refugiados. De este importe, 130 millones irán destinados a la Autoridad Palestina y los restantes 70 tendrán como finalidad paliar las necesidades de los refugiados en materia de educación, salud y servicios sociales. La UE prevé entregar este año un total de 300 millones al órgano presidido por Mahmud Abás.
Una cadena de atentados terroristas con coches bomba y ataques suicidas sacudió nuevamente ayer el país entero. Los ataques más sangrientos tuvieron lugar contra barrios chiíes de la capital, Bagdad, y la ciudad de Mosul, donde el Estado Islámico en Irak y el Levante, facción escindida de Al Qaeda, tiene una mayor presencia.
Los dos jóvenes, de 20 y 26 años, fueron declarados culpables de atacar a las fuerzas de seguridad y haber orquestado un motín en la base militar en Qatif (noreste).
El que fuera jefe del ejército de Gadafi en los años 80 vuelve a su país tras 20 años en EEUU, con el fin de guiar a las fuerzas paramilitares en su combate contra el islamismo.