Contextos

Con los Muyahidines del Pueblo de Irán (y 2)

Por Michael J. Totten 

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"Es muy lamentable que Estados Unidos los catalogara como terroristas siguiendo instrucciones de un régimen totalitario, pero esto es lo que pasa cuando intentamos hacer las paces con nuestros enemigos antes de que estén dispuestos a dejar de ser nuestros enemigos""Estos iraníes son la verdadera apuesta, y es agradable ver que figuras destacadas de Occidente los tratan como corresponde"

Bill Clinton no clasificó a los MPI como organización terrorista por lo que pasó durante la década de los 70, o en la de los 90. Lo incluyó en la lista porque estaba intentando mejorar las relaciones con el régimen iraní después de que el supuesto moderado Mohamed Jatamí ganara las elecciones presidenciales en 1997 y Jatami se lo pidiera. Desde luego, Jatamí no era un verdadero moderado, ni siquiera el jefe del Estado iraní. El jefe del Estado iraní, entonces y ahora, es el líder supremo Alí Jamenei. Irán, en la época de Jatamí, no era más moderado que cuando era presidente el bombástico Mahmud Ahmadineyad.

¿Quieren saber cómo son los iraníes auténticamente moderados ? Echen un vistazo a los diez puntos del programa de los MPI:

  1. República basada en el sufragio universal.
  2. Libertades individuales, incluidas la de expresión y la de prensa.
  3. Abolición de la pena de muerte.
  4. Separación entre Mezquita y Estado.
  5. Igualdad entre los sexos.
  6. Imperio de la ley.
  7. Asunción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
  8. Propiedad privada y economía de mercado.
  9. Política exterior basada en la coexistencia pacífica.
  10. Un Irán no nuclear.

Ahí no hay nada marxista o islamista. Esos diez puntos podrían parecer el primer borrador de una Constitución en una democracia liberal moderna.

¿Cuál es la teoría por la que Occidente debería desdeñar a esta gente en beneficio de un régimen que tortura a disidentes, financia ejércitos terroristas por todo Oriente Medio y cuelga a los homosexuales de las grúas en su capital?

Es muy lamentable que Estados Unidos los catalogara como terroristas siguiendo instrucciones de un régimen totalitario, pero esto es lo que pasa cuando intentamos hacer las paces con nuestros enemigos antes de que estén dispuestos a dejar de ser nuestros enemigos. Al menos Hillary Clinton, cuando era secretaria de Estado, tuvo la decencia de rectificar lo que había hecho su marido, si bien fue una batalla legal de años lo que acabó obligándola a hacerlo.

***

El acto de París fue un gran espectáculo. Duró ocho horas.

Asistieron unas 100.000 personas, la inmensa mayoría de las cuales eran iraníes que vivían en el exilio. Jamás en mi vida había visto a tantos seres humanos en un solo lugar. Puede que el MEK no sea muy popular en Irán, pero está claro que sí lo es en la diáspora iraní, lo que sugiere que quizá su popularidad en su patria no esté tan por los suelos, como sostienen sus críticos.

El encuentro se celebró al aire libre, cerca del aeropuerto. No se podía celebrar en ningún lugar cercano al centro de París. Ninguno de los edificios de la era Haussmann cuenta con el aforo necesario para albergar a tanta gente.

Para ser francos, pensé que me iba a aburrir. Estaba bajo los efectos del jet lag y agotado; ya que iba a pasar unos días en Francia, no quería quedarme encerrado en el extrarradio aeroportuario. Quería pasar algún rato en alguna cafetería del Barrio Latino y visitar con calma el Musée d’Orsay.

Sin embargo, no me aburrí ni cinco minutos. Los organizadores lograron mantener el interés y prepararon un programa espléndidamente variado, que incluyó discursos atronadores, películas fascinantes, música y danza.

La mayoría de los oradores no eran iraníes. Eran funcionarios de alto nivel de Estados Unidos, la Unión Europea y Oriente Medio. Entre ellos se contaba el príncipe saudí Turki ben Faisal. Pronunció un emocionante discurso en árabe, que empezó con un sentido elogio de los grandes logros de la civilización persa desde la época de los zoroastrianos –los persas no están acostumbrados a escuchar a los árabes decir este tipo de cosas– y que acabó con un llamamiento a favor del cambio de régimen en Irán.

A causa de la reputación del MPI y su pasado, esperaba que el acontecimiento fuese extraño, un poco surrealista quizá, pero fue tan convencional como la conferencia anual de Aipac en Washington, en parte porque la organización está ahora muy conectada con Washington.

Lo que sigue sólo es una muestra de los participantes del lado americano del Atlántico:

También estaba prevista la asistencia de Rudy Giuliani, exalcalde republicano de Nueva York, pero no le fue posible.

Qué lejos ha llegado el MPI. De clasificada como “terrorista”, a pasado a ser una organización con una influencia bipartidista en Washington a la altura de la de Gran Bretaña.

Todos y cada uno de los oradores que volaron a París no sólo apoyan a la oposición iraní, también un cambio de régimen en Irán. “El régimen está condenado al fracaso –dijo Howard Dean en un debate previo al evento–, y nos gustaría ayudar a que recorra su camino hacia su hora final con la mayor rapidez posible. (…) Representa todo lo que es perverso y malvado de la humanidad. Nuestro trabajo es asegurarnos de que no triunfe, y cuanto antes lo saquemos de ahí, mejor”.

Fue tonificante ver a tantas personalidades estadounidenses de todo el espectro político en el mismo escenario, todos de acuerdo en algo tan fundamental. Todos hacían palidecer en comparación al actual ocupante de la Casa Blanca y a los candidatos a sucederle. Estuvo bien ver a Howard Dean y a Newt Gingrich, pero habría estado mejor que Barack Obama, Hillary Clinton y Donald Trump hubiesen decidido acudir.

A diferencia de Howard Dean y Newt Gingrich, Clinton y Obama no están pidiendo un cambio de régimen en Irán. Es casi seguro que Clinton lo quiere en privado, pero no hay verdaderas pruebas de que Obama lo quiera. Clinton es más escéptica que Obama respecto al nuevo acuerdo de Washington con Teherán, pero está haciendo campaña por el pacto nuclear del presidente.

Donald Trump, por su parte, habría prohibido a cualquier miembro del MPI y a sus seguidores entrar siquiera en Estados Unidos con un visado de turista, antes de apearse de su absurda propuesta de prohibir a cualquier musulmán del planeta poner un pie en suelo estadounidense.

Los críticos dicen que el MPI cuenta con poco o ningún apoyo dentro de Irán, en parte porque se opone al acuerdo nuclear. Ese acuerdo goza en Irán de un gran apoyo popular. Acaba parcialmente con el aislamiento internacional del país y debería, al menos en teoría, impulsar la anémica economía local. Tal vez los críticos tengan razón. Sinceramente, no tengo ni idea. Lo que sí sé, sin ningún género de dudas, es que, al margen de lo que fuese esta gente en la década de los 70, hoy son genuinamente progresistas y moderados. No son los falsos moderados de la Hermandad Musulmana, o de la Presidencia iraní. Ni se parecen, en ningún aspecto, al falso moderado Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, que está pasando rápidamente de ser el Hugo Chávez de Oriente Medio a su Stalin. No: estos iraníes son la verdadera apuesta, y es agradable ver que figuras destacadas de Occidente los tratan como corresponde.

© Versión original (en inglés): World Affairs Journal
© Versión en español: Revista El Medio

Con los Muyahidines del Pueblo de Irán (1).