El célebre cómico egipcio, que adquirió relevancia internacional por sus denuncias del régimen del islamista Mohamed Morsi, se dirigió el pasado día 25 a su audiencia para hacer un encendido elogio de la convivencia y la libertad y una muy contundente crítica del guerracivilismo imperante en el país.
Tras confesarse molesto por que le pregunten de qué bando está, afirmó estar «contra la hipocresía, la deificación, la faraonización», contra la repetición de «los errores de los últimos treinta o sesenta años». Y añadió:
Luego del 30 de junio [el derrocamiento de Morsi], nos dijeron que esta revolución se libraba por la democracia y la libertad de pensamiento, y contra el fascismo religioso. Lo que tememos es que ese fascismo en nombre de la religión se vea reemplazado por el fascismo en nombre del patriotismo y la seguridad nacional.