«Nunca dirías qué país es el que más yihadistas per cápita manda al EIIL», es el igualmente sorprendente titular de esta nota de la revista Time, donde se informa de que hay al menos 150 individuos de nacionalidad australiana combatiendo con el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).
La ministra australiana de Exteriores, Julie Bishop, ha confirmado el temor de que al regresar conformen células terroristas.
El recién elegido presidente asegura que deben hacerse sacrificios para sacar adelante el país, y para dar ejemplo se ha comprometido a hacer esa donación.
Por lo mismo, Sisi ha ordenado que los funcionarios públicos no cobren el máximo establecido y que los recortes se sistematicen en todo el sector público.
Kabul ha rechazado las recomendaciones de la ONU en ese sentido, según ha informado Human Rights Watch (HRW). Esta ONG calcula que el 95% de las jóvenes y el 50% de las mujeres encarceladas han sido acusadas o condenadas por delitos morales.
Se considera un crimen moral no acceder a un matrimonio concertado, huir de la casa del esposo o fugarse por amor antes de estar casada, por poner tres ejemplos.
El objetivo es que la temible Mutawa, Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, no cometa tantos atropellos como hasta ahora.
La Policía religiosa cuenta con 129 subcomisiones y 345 centros repartidos por todo el reino.