La activista Amina Tyler, bestia negra de los islamistas desde que, el pasado marzo, mostró sus pechos para denunciar la opresión de la mujer musulmana, ha sido arrestada por «cometer actos inmorales».
La joven acudió el domingo a Cairuán, donde el grupo salafista Ansar al Sharia quería celebrar su congreso anual –para el que no contaba con autorización oficial–, y fue detenida tras pintar en una pared el nombre del grupo feminista internacional al que pertenece, Femen.