En un gesto inaudito, El Cairo proclamó el pasado viernes que las islas de Sanafir y Tirán, en el Mar Rojo, se encuentran en aguas territoriales saudíes, poniendo así fin a una disputa territorial de sesenta años.
El clamor en Egipto fue prácticamente inmediato y, como refiere The Jerusalem Post, en las redes sociales se acusó al presidente Sisi de vender la soberanía nacional a los saudíes.
También Mohamed Morsi, derrocado por el propio Sisi en julio de 2013, ha mostrado su rechazo afirmando que la tierra egipcia está vedada a los no egipcios y que él se opone a la entrega de «un solo grano de arena».