Revista de Prensa

Abdalá, con Netanyahu y contra Obama, Putin y Salman

 

Abdalá de Jordania.

El periodista Aaron Magid repasa las últimas confidencias del monarca jordano, principalmente con miembros del Congreso estadounidense, en las que ha criticado la manera en que Obama está llevando la guerra contra el Estado Islámico, así como las operaciones militares desarrolladas por Arabia Saudí y la campaña rusa en Siria. Abdalá, en cambio, no ha dudado en mostrar su sintonía con Israel.

Mientras reprendía a los aliados tradicionalmente más sólidos de Jordania en la Cámara de Representantes de EEUU, Abdalá reconocía sus estrechos lazos con Israel en materia de seguridad, a pesar del aplastante rechazo doméstico al Estado judío. El monarca hachemita señaló que las Fuerzas Aéreas jordanas vuelan con la aviación militar israelí junto a la frontera siria y añadió que él personalmente se había reunido con el director del Mosad en Amán. (…) Aunque el Gobierno jordano condena duramente o protesta contra las acciones y la política israelíes hacia los palestinos, Abdalá incidió en la fructífera cooperación al más alto nivel con Israel en materia de seguridad.

El irano-americano Mayid Rafizadé, presidente del International American Council, considera que las garantías que ofrece Obama a sus aliados de Oriente Medio de que Irán ya no es una amenaza son mera palabrería que se ajusta a la realidad.

(…) desde la perspectiva de los líderes iraníes, la visita de Obama [a la región] es absolutamente beneficiosa para los intereses de Irán, porque no será más que una colección de buenas palabras para aliviar las preocupaciones de los países de la zona acerca de las acciones beligerantes de la Guardia Revolucionaria Iraní. En realidad, a la República Islámica le será más fácil potenciar su agenda militarista.

Deberíamos también recordar que durante las pasadas tres décadas, a pesar de la retórica estadounidense o las amenazas militares, Jamenei y la Guardia Revolucionaria no abandonaron sus objetivos ideológicos, así como su búsqueda de la preeminencia regional.

(…)

De hecho, si reparamos en los últimos acontecimientos antes de la visita de Obama, la República Islámica no sólo no está limitando sus provocaciones en la región, sino que está exhibiendo su poderío militar, desplegando más potencial y forzando el establecimiento de más líneas rojas para otros países respecto a Siria, Irak, Baréin y el Yemen.

Ariel ben Solomon analiza en The Jerusalem Post el delicado equilibrio que Erdogan pretende mantener en sus relaciones con Irán y Arabia Saudí, las dos grandes potencias regionales con las que, por otro lado, pugna por la hegemonía en el mundo islámico.

Debido a la crisis en las relaciones turcas con Rusia, la guerra permanente de Ankara con los kurdos y su apoyo a los rebeldes suníes en Siria, podría parecer que Turquía e Irán están en desacuerdo, especialmente considerando la cooperación de este último país con Rusia.

Sin embargo, a pesar del hecho de que turcos y saudíes están alineados con los rebeldes que combaten al régimen sirio y a sus aliados –Irán, Rusia y Hezbolá–, Turquía tiene fuertes conexiones económicas con Irán. Con el fin de proteger su poder en la región, Turquía necesita relaciones cordiales con Irán para potenciar sus negocios y su influencia política en lugares como Irak.

Por otro lado, Turquía e Irán se oponen a la independencia del Kurdistán y tratan de mantener controlado el auge kurdo.