Imaginario

En los jardines del Vaticano, y sin ningún símbolo religioso, ayer se celebró la oración por la paz que había propuesto el papa Francisco a Simón Peres y Mahmud Abás. Al acto se unió el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

El Papa quiso dejar claro que no era un rezo interconfesional ni una acción diplomática, sino una invocación por la paz:

Señor, desarma la lengua y las manos, renueva los corazones y las mentes, para que la palabra que nos lleva al encuentro sea siempre «hermano», y el estilo de nuestra vida se convierta en shalom, paz, salam. Amén.

Las intervenciones los representantes de cada una de las religiones presentes se sucedieron en orden cronológico histórico: primero los judíos, luego los cristianos y por último los musulmanes.

Al finalizar el acto, se plantó un olivo en los jardines, con la ayuda de los líderes allí presentes, el cual simboliza la unión por la paz.