Cuando la motivación del ilegal es económica, no hay barrera que le frene.
Puede que tanto Estados Unidos como Israel necesiten vallas, pero los fines y motivos de esas iniciativas son muy distintos.
Hamás es un movimiento armado palestino creado en 1987 como violenta escisión de la Hermandad Musulmana local.
Los árabes israelíes se comportan como adolescentes malcriados en permanente bronca.
El acuerdo espacial del «ellos están allí y nosotros aquí» se intentó en Gaza y fracasó miserablemente.
La organización terrorista islamista que detenta el poder en Gaza sigue empeñada en su objetivo genocida.
Son muchos los que quieren no una solución de dos Estados sino la aniquilación del único Estado judío del planeta.
El conflicto árabe-israelí no tiene que ver con los asentamientos, los puestos de control o la valla de seguridad.
«La paz se cultiva durante generaciones, por medio de los vínculos y las relaciones personales, no [surge de] firmas ceremoniales en los jardines de la Casa Blanca».
Jerusalén ha de mantener la cooperación estratégica con Amán, pero a partir de ahora debe abrir bien los ojos.