El resto del mundo se tapa los ojos y finge que todo es de color de rosa en los dominios de Mahmud Abás.
Denuncian la práctica generalizada de la tortura en la Autoridad Palestina.
Las mujeres iraníes en general, y las kurdas en particular, indefensas ante los abusos y violencia del régimen.
Son ya muchas décadas las que llevan los niños palestinos siendo víctimas de la incitación al odio.
Las autoridades rumanas siguen sin desentrañar los misterios que envuelven la muerte de este influyente mulá caído en desgracia.
Los grandes beneficiarios serían los palestinos hartos de sus líderes liberticidas.
El régimen de Erdogan se ha convertido en un desestabilizador regional formidable.
La obnubilación de tantos políticos, mediadores por la paz y gurús con la creación de un Estado palestino es cosa de pasmo.
Escandalosa tergiversación de la realidad por parte del tan controvertido organismo internacional.
«Las iraníes quieren verdaderamente cambiar este régimen por uno liberal».