Las víctimas eran acusadas de colaborar… con su propio país.
El resto del mundo se tapa los ojos y finge que todo es de color de rosa en los dominios de Mahmud Abás.
Denuncian la práctica generalizada de la tortura en la Autoridad Palestina.
La represión de la prensa en Palestina no parece importar a la comunidad internacional: la noticia carece de sesgo antiisraelí.
Las mujeres iraníes en general, y las kurdas en particular, indefensas ante los abusos y violencia del régimen.
¿Comenzarán a amar a sus hijos más de lo que odian a los israelíes?
Debido a una persecución continua pero silenciada, el cristianismo está a punto de desaparecer en el lugar de su nacimiento.
La República Islámica no puede reformarse. Irán sólo tendrá un futuro brillante cuando el régimen islamista haya desaparecido para siempre.
Son objeto cotidiano de «torturas y persecución tanto por parte del Gobierno como de sus propios amigos, familiares y comunidades».
Más que un Estado, los palestinos necesitan un buen liderazgo.