Una batalla sorda de gran importancia para el Viejo Continente.
Las autoridades turcas han amenazado repetidas veces con inundar Europa de refugiados.
Es tragicómico pensar que aquellos que creían que los israelíes se merecían lo que les sucedía ahora estén pasando por lo mismo.
Después de islamizar Turquía, el tiránico Erdogan pretende hacer lo mismo con el resto de Europa.
El Kurdistán brinda a Occidente la oportunidad de defender sus valores.
La libertad de expresión está sufriendo embates tremendos por parte de los cobardes.
Desentenderse del desafío islamista no es la solución.
Putin está haciendo gestos significativos a los mundos árabe y musulmán.
Fraenkel aboga por un “etnocentrismo crítico” que valore lo propio para poder apreciar como es debido lo ajeno.
Podría ser una gran noticia para todo el mundo… siempre y cuando el mundo se prepare para tal eventualidad.