Los archienemigos comparten celo represor e intolerencia.
Sin lugar a dudas, un yazidí tiene menos lugares donde refugiarse que un suní.
Judíos, cristianos y alevíes, en el disparadero.
La tesis que parece imponerse en las cancillerías occidentales es que los enemigos conocidos son preferibles a los que pueden venir.
La nueva Administración norteamericana ha adoptado una política de «enemistarse con los aliados y apaciguar a los enemigos».
Al menos por unos meses, tendrá que tragarse sus bravatas.
Escandalosa tergiversación de la realidad por parte del tan controvertido organismo internacional.
¿Por qué no hablan de esto los medios? ¿Porque no hay israelíes de por medio?
Los cristianos son, de lejos, el grupo religioso más perseguido.
Clamoroso silencio de los medios internacionales. Y es que Israel no está implicado…