Washington debería tomarse muy en serio el refuerzo de las relaciones Teherán-Caracas.
El peón terrorista de Irán es una formidable amenaza global.
El país euroasiático se ha convertido en un refugio para los facinerosos de la región.
Irán y Hezbolá deben rendir cuentas de una vez por tan espantoso crimen.
«Israel es un pretexto para el islam político, cuyo objetivo es destruir la mera base de nuestra civilización».
América Latina, escenario de una intensa actividad de la República Islámica y Hezbolá.
Puede que no estemos ganando lo que suele denominarse “guerra contra el terrorismo”, pero al menos hemos vuelto a luchar.
Sin el dinero iraní, el Partido de Dios no existiría o sería únicamente una narcomafia.
El entonces presidente norteamericano ‘cubrió’ a los terroristas para no poner en riesgo sus tratos con Irán.
Provocar la quiebra de las organizaciones benéficas terroristas no fue precisamente una prioridad en los ocho años de Barack Obama.