Una cosa es lo que dicen las leyes y otra, cómo se aplican.
Según sus fans y aliados políticos, Erdogan ha conquistado Estambul por segunda vez.
Avigdor Lieberman pretende presentarse como el político que por fin meterá en cintura a los haredíes.
Entre los paralelismos más inquietantes entre Erdogan y Jomeini está la nueva afición turca a la toma de rehenes.
El islamismo turco es demasiado suní y iraní, demasiado chií. Lo lógico es que choquen.
Movilizar a una mayoría suní con un nacionalismo excluyente y sectario es esencial para sus perspectivas de reelección.
Las combatientes de las YPJ están desempeñando un papel fundamental.
Con la actual Autoridad Palestina, un Estado palestino cometería auténticos desmanes.
Ha llegado la hora de replantearse las relaciones con Ankara.
El país euroasiático ya no es lo que prometía hace sólo dos años.