Los yacimientos ‘Tamar’ y ‘Leviatán’ ejercen sólo un impacto indirecto sobre las posibilidades de paz entre Israel y sus vecinos.
Apaciguando a la Turquía pro Putin, aliada a tiempo parcial en la OTAN, pone en riesgo la seguridad energética del continente.
Al dictador sirio no lo frenan sus patronos (Rusia e Irán) y recibe asistencia de Corea del Norte.
EEUU debería explotar el temor de los ayatolás a este tipo de protestas.
Pese a su fama de dura, Jerusalén tiende a ser ingenua y optimista.
Las cifras desmontan la falacia de que el Estado israelí gasta buena parte de su presupuesto en expandir los asentamientos.
Es pronto para la euforia de muchos políticos libaneses respecto a los yacimientos petrolíferos en sus aguas.
«A los seres humanos se les da muy bien engañarse a sí mismos», ha observado Nassim Nicholas Taleb. Hablemos de Barack Obama y Hillary Clinton.
Da la sensación de que la Administración Obama quiere apartar a Al Qaeda del foco.
Al tiempo que amenaza explícitamente a un miembro de la OTAN, Erdogan tiene un plan para socavar gravemente las sanciones occidentales contra Rusia.