Hablan de antisionismo, pero es una mera coartada del fanatismo antijudío.
Son muchos los elementos que comparten estos enemigos de las democracias liberales.
«El silencio de la izquierda permite a la extrema derecha campar a sus anchas y utilizar el drama de las mujeres iraníes para criticar la mera presencia de musulmanes en Occidente».
El laborismo atraviesa una grave crisis interna motivada por el antiisraelismo y la judeofobia.
«Nosotros no tasamos el sufrimiento»: he aquí una frase clave.
Quienes están ansiosos por que Biden empiece a aumentar la presión sobre Netanyahu tienen poca memoria.
Dejen de aventar la patraña de que el judío es un Estado ‘apartheid’.
Con todos sus defectos, y con o sin Netanyahu y con o sin reforma judicial, Israel sigue siendo un país libre.
Campaña para que la actriz israelí no interprete a Cleopatra por no ser negra ni árabe.
Para muchísimos judíos norteamericanos Israel es un país de fantasía, un lugar en el que practicar turismo intelectual.