A Hamás no le ha quedado más remedio que dedicarse a cubrir las necesidades de los civiles.
No hay absolutamente ninguna justificación para seguir donándoles dinero, atención y, sobre todo, crédito.
¿Dónde están los paladines de los gazatíes, ahora que no pueden culpar a Israel?
Más que un lugar donde los malvados israelíes oprimen a palestinos atrapados, la Franja es un enclave terrorista cuya única exportación es la violencia.
El ‘rais’ es parte del problema y no de la solución.
Las ostentosamente ricas petromonarquías se niegan a coger a un solo refugiado.
No necesita más dinero, sino que le echen el candado.
Israel se ha convertido en la única esperanza para los hambrientos trabajadores de Gaza.
Analizamos el impacto del covid-19 en países tan importantes en el tablero geoestratégico como Israel, EEUU, Irán y Turquía.
¿Hay una sola persona que verdaderamente piense que esta quimera se va a implementar?