El líder de la comunidad hebrea de Hebrón pide un replantamiento integral del conflicto con los palestinos.
La creencia de que el terrorismo palestino se origina en la ocupación de 1967 no resiste un mínimo repaso histórico. Ni moral.
En contra de lo que se puede leer en cualquier periódico europeo, los asentamientos no son el principal problema para la paz.
Su identidad nacional está inextricablemente ligada a una guerra inútil para destruir Israel.
La información que llega desde Israel rezuma activismo y carece de rigor.
Lamentablemente, como demuestra la última encuesta, la mayoría de los palestinos comparten la ideología de Hamás.
El Estado judío debe dejar de tomar decisiones por el qué dirán.
Si alguien está violando la santidad de la Mezquita de Al Aqsa son los propios palestinos.
El golpe de Hamás en Gaza (2007) selló su destino.
Los libros de texto palestinos son cada vez más criminalmente israelófobos y antisemitas.