Para los teócratas iraníes, lo sustancial es la supervivencia de su dictadura.
No se debería permitir a Erdogan poseer ese tipo de armamento.
Pero carga contra Netanyahu por su oposición frontal a un acuerdo con Teherán.
Teherán no va a cumplir. Como no ha cumplido Damasco.
Ésta, y no las minucias del acuerdo de Lausana, es la cuestión.
La Inteligencia israelí afirma que Teherán ha comenzado sus ensayos con armas atómicas.
Este asunto debería suponer para Washington un aviso de las verdaderas intenciones de la República Islámica.
La Administración Biden se dispone a agrandar su imagen global de debilidad con otro acuerdo funesto.
“Ningún pueblo ha sido y ha permanecido libre sin estar determinado a serlo”, observó el teórico liberal John Stuart Mill.
Consideran a Irán una amenaza letal contra su seguridad y contra la estabilidad de todo Oriente Medio y otras partes del mundo.