Supuestos grandes intelectuales actúan de forma incoherente, ilógica y llena de prejuicios respecto a Israel.
En todo caso, Hawking podrá seguir beneficiándose de los descubrimientos israelíes en el tratamento de la esclerosis amiotrófica lateral.
Jerusalén cometería un grave error si echara el cierre a las oficinas del canal catarí.
Basta de procurar coartadas al sanguinario Asad.
El antisionismo es el rostro moderno de la milenaria judeofobia.
Así definió anoche Bill Clinton a Simón Peres, que celebró su 90 cumpleaños rodeado de celebridades de medio mundo.
Si Stephen Hawking boicoteaba a Israel, ¿por qué no lo hacía yo también?
Escuchad bien, antisionistas y antisemitas: estáis librando una batalla perdida. Rendíos y buscad otro país al que atormentar.
Para beneficio de todos y sin que nos cueste un centavo. Una verdadera ganga.