«A los seres humanos se les da muy bien engañarse a sí mismos», ha observado Nassim Nicholas Taleb. Hablemos de Barack Obama y Hillary Clinton.
El ‘problema palestino’ se ha convertido en una estafa financiera y emocional.
La materialización de los acuerdos de paz firmados por Israel con Jordania y Egipto ha seguido una lógica perversa.
Se han hartado de mantener a quienes no dejan de ultrajarlos.
Hizo grandes sacrificios para que se alcanzara la paz y lo consiguió.
Sus posiciones deberían causar inquietud no sólo a los judíos británicos, a los diplomáticos israelíes y a sus colegas sensatos del Partido Laborista, sino a la sociedad británica y a la europea.
Son los egipcios, no los israelíes, los que están aislando a los gazatíes del resto del mundo.
Hay razones para el optimismo.
Tulkarem ya tiene una ‘Escuela Mártir Salah Jalaf’.
La Alemania comunista prestó una gran ayuda a la OLP en su guerra terrorista contra el Estado judío.