Desde Haj Amín al Huseini hasta Mahmud Abás, pasando por Arafat, los caudillos palestinos han incitado siempre a la yihad.
¿No queremos hacer un esfuerzo sostenible y sostenido contra el islamismo? Pues sólo nos queda retirarnos, rendirnos y someternos.
En estos momentos no hay una solución no militar allí. El precio es elevado, pero el de retirarse lo es mucho más.
El caos en Siria no hará sino empeorar a medida que la amenaza terrorista representada por el Estado Islámico sea contenida y controlada.
Las circunstancias y las condiciones serían muy distintas a las de 2006.
El islamista turco pretende dominar Europa mediante el chantaje y el cambio demográfico.
La guerra de Naciones Unidas contra los judíos de Israel es, en el fondo, una guerra contra Occidente.
Basta de procurar coartadas al sanguinario Asad.
Ni Andréi Karlov es Francisco Fernando, ni 2016 es 1914.
La ofensiva contra el ‘califato’ terrorista desvía la atención de los crímenes de Putin y Asad.