El ‘rais’ está mostrándose implacable en la represión de sus detractores en la propia Al Fatah.
Israel congela fondos a la Autoridad Palestina por valor de 127 millones de euros.
Hablar de paz es importante. Pero más importante todavía es educar a la gente en ella, algo que ni Yaser Arafat ni su sucesor han hecho.
La Autoridad Palestina está jugando con fuego. ¿Se acabará quemando?
Salam Fayad, bestia negra de Hamás y del Fatah más corrupto, tira la toalla.
Debido a una persecución continua pero silenciada, el cristianismo está a punto de desaparecer en el lugar de su nacimiento.
El vendaval de israelofobia desplegado por jugadores y aficionados es malo para la paz.
Una iniciativa diplomática valiente propondría una reforma radical de la AP como primera medida necesaria para garantizar una paz permanente con Israel.
Más que un Estado, los palestinos necesitan un buen liderazgo.
Porque no anda Israel de por medio: así de simple y así de siniestro.