Enésima prueba del intolerable doble rasero con que se miden las operaciones antiterroristas de Israel y de los demás.
La Casa Blanca equipará y entrenará a las tribus locales para que recuperen la ciudad.
«El problema es que sus combatientes quieren morir, y nosotros vivir».
La coalición proamericana ha causado una devastación infinitamente superior en la capital del ISIS que Israel en la Franja.
Lejos de retirarse, Estados Unidos debe implicarse profundamente en el devenir iraquí.
El retorno de comunidades no musulmanas a las tierras de las que les expulsaron sería un mensaje poderosísimo.
Las maquinarias propagandísticas rusa e iraní no paran de fomentar las teorías conspirativas.
El ‘califato’ terrorista va a tratar de hacerse fuerte en el Triángulo Suní.
Llevará tiempo, pero el Estado Islámico perderá Mosul como perdió Tikrit y Faluya.
Sería un tremendo error dar por muerta a la formidable organización terrorista.