El partido de Rabín y Peres ha sucumbido ante el fracaso de su proyecto estrella: los Acuerdos de Oslo.
Mientras que los israelíes se dedican a salvar vidas palestinas, la opinión pública mundial los ve como genocidas.
Buena parte de las ideas que tanto fascinan a los periodistas occidentales son tóxicas hasta para las bases de ‘Avodá’.
Herzog y compañía deberían dejar de usar una táctica tan vil como infructuosa.
Avi Gabai se ha impuesto en las primarias al histórico Amir Peretz.
La empesa GS4 devuelve el golpe al partido de Corbyn.
Erel Margalit aspira a dirigir el partido… laborista.
Los israelíes están expuestos a un permanente baño de realismo –sin concesiones–.
El giro a la derecha es consecuencia, en buena medida, de la intransigencia palestina.
La crisis en las relaciones entre Washington y Jerusalén se agudiza con la insistencia de Obama en desdeñar las tesis israelíes sobre el programa nuclear iraní.