Ankara puede ejercer de proverbial caballo de Troya en momentos de crisis.
Si Ankara no estuviese en la Alianza, no sería admitida como miembro. Así de sencillo.
Mahmud Abás sigue empeñado en desaprovechar todas las ocasiones que se le presentan.
La Alianza tiene que plantarse de una vez ante la hostil dictadura de Erdogan.
Occidente en su conjunto se beneficiará sustancialmente de un refuerzo en las relaciones entre Jerusalén y la Alianza.
Cada vez son más las voces que piden la salida del país euroasiático de la Alianza Atlántica.
Erdogan tiene ahora el camino bastante más despejado para la instauración de un ‘neocalifato’.
La organización atlántica está «dispuesta y preparada para defender a todos sus aliados, incluida Turquía».
Así las cosas, no es buena idea celebrar elecciones legislativas o presidenciales en los Territorios.
Se ha puesto fin a 13 años de misión internacional en tierras afganas