Quienes están ansiosos por que Biden empiece a aumentar la presión sobre Netanyahu tienen poca memoria.
Este Gobierno se enfrenta a una avalancha de críticas antes incluso de haber empezado a trabajar.
En su intento de demonizar a Bibi, están infligiendo un daño potencialmente irreparable a Israel y al pueblo judío.
El líder del Likud promete que el suyo sera «un Gobierno que trabajará en beneficio de todos los ciudadanos de Israel”.
«Mientras el NYT sigue deslegitimando a la única democracia auténtica de Oriente Medio y el mejor aliado de América en la región, seguiré ignorando sus consejos insustanciales».
Su capacidad de liderazgo no tiene parangón con la de ningún rival o aliado político.
El partido del con casi total seguridad próximo primer ministro, Benjamín Netanyahu, se hizo con el 23% de los votos y 30 escaños.
Bibi no cae tanto por las acciones de unos rivales malévolos o por factores externos como por sus propios defectos.
Israel no se puede dar el lujo de hacer experimentos políticos bizarros.
«Un pequeño pinchazo para el hombre, un paso de gigante para la salud de todos nosotros».