El relato palestino está irremisiblemente lastrado por el antisemitismo y el irredentismo.
Haj Amín al Huseini representa el antisemitismo islámico contemporáneo y la negativa árabe a aceptar la presencia de Israel en la región.
Los líderes palestinos, empeñados en socavar el bienestar de su propio pueblo.
El relato victimista perjudica a los palestinos, pues oculta las auténticas fuentes de su miseria.
Esta ‘conmemoración’ dice mucho de los objetivos palestinos.
La alianza militar occidental debería ser lo suficientemente fuerte para poner al caudillo islamista en su sitio.
No necesita más dinero, sino que le echen el candado.
Los últimos veinte años han modificado radicalmente el panorama regional.
Para muchísimos judíos norteamericanos Israel es un país de fantasía, un lugar en el que practicar turismo intelectual.
El Estado judío ha venido a poner fin a un ominoso ciclo de odio, opresión y exterminio.