Su objetivo es obvio para los observadores razonables: impedir el terrorismo transfronterizo.
Puede que tanto Estados Unidos como Israel necesiten vallas, pero los fines y motivos de esas iniciativas son muy distintos.
Siguen empeñados en exonerar de responsabilidades a los palestinos.
«Incluso los israelíes de izquierdas piensan que es hora de volver a ganar» (Ayelet Mitsch).
Patrick Tyler es injusto, maniqueo, enseña sólo una cara de la moneda.
Los yacimientos ‘Tamar’ y ‘Leviatán’ ejercen sólo un impacto indirecto sobre las posibilidades de paz entre Israel y sus vecinos.
Tiene el derecho histórico a existir en la tierra que vio nacer el judaísmo. Su creación fue obra de judíos. Su perduración depende de la humanidad.
Si alguien está violando la santidad de la Mezquita de Al Aqsa son los propios palestinos.
Lo último que ha de hacerse es recompensar la intransigencia del liderazgo palestino.