Netanyahu, muy lejos de la mayoría necesaria para gobernar.
Los escándalos no pasan factura a Netanyahu.
Qué no diría Bob Dylan de todo esto.
Netanyahu podría tener un heredero con tirón electoral… al que están tratando de socavar buena parte de sus correligionarios.
Lo quiera o no, debe decidir de qué lado está.
Aunque algunos quizá no estén dispuestos a admitirlo, nadie es indispensable, ni siquiera Netanyahu.
Bibi no cae tanto por las acciones de unos rivales malévolos o por factores externos como por sus propios defectos.
Israel no se puede dar el lujo de hacer experimentos políticos bizarros.
En un marco nacional tan sólidamente establecido, las discrepancias, por muy broncas que puedan llegar a ser, no resultan perjudiciales.
La salida del Gobierno de ‘Bibi’ podría dar lugar a una coalición con amplia mayoría parlamentaria.