Netanyahu, muy lejos de la mayoría necesaria para gobernar.
Los escándalos no pasan factura a Netanyahu.
Estamos no sólo ante una cobertura sesgada sino ante una desgracia moral.
A quienes dicen estar preservando la democracia israelí pero no hacen más que boicotearla habría que dedicarles una mirada de desprecio.
Este Gobierno se enfrenta a una avalancha de críticas antes incluso de haber empezado a trabajar.
A la mayoría no le gusta el nuevo Gobierno del Estado judío… que sigue mereciendo su apoyo frente a quienes se afanan en destruirlo.
El Ministerio de Asuntos de la Diáspora va a ampliar su denominación para llamarse Ministerio de Asuntos de la Diáspora y para el Combate del Antisemitismo.
En su intento de demonizar a Bibi, están infligiendo un daño potencialmente irreparable a Israel y al pueblo judío.
El líder del Likud promete que el suyo sera «un Gobierno que trabajará en beneficio de todos los ciudadanos de Israel”.
Juntos, Netanyahu y Herzog representan lo mejor de Israel, así como las complicaciones que pueden surgir en cualquier democracia.