Enésima prueba del doble rasero israelófobo que impera en buena parte del ‘mainstream media’.
El drama afgano del presidente Biden generará alianzas antioccidentales basadas en cálculos antioccidentales.
“Lo que hemos visto en Afganistán representa un punto de inflexión en el declive de Occidente” (Ayaan Hirsi Ali).
El muro del régimen islamista podrían derribarlo estas mujeres del común que exigen poder vestirse como quieran.
«Trabajar por la paz nunca es una pérdida de tiempo».
No es casual que en Oriente Medio el odio a Israel vaya de la mano de la homofobia.
No existe, ni ha existido, un conflicto árabe-israelí; lo que sí existe, y ha existido, es un conflicto árabe-occidental.
Jerusalén debe plantarse ante Amán y exigirle la modificación de su Ley sobre la Seguridad del Estado.
La idea de que los americanos sólo pueden tener diplomáticos como Kerry o como Bolton se ha revelado ya definitivamente falsa.
De nuevo, Israel y la indignación selectiva parecen ir juntos como la tostada y la mermelada.